
22 Jul Lanzarote al fuego
El tute que se están dando Ekaterina y su acompañante Nuria por Lanzarote es de los que marcan época. En su afán por ver todo aquello que los turistas no ven se han recorrido la isla de cabo a rabo sin más tiempo que para asimilar lo vivido. Ah, también han podido darse un salto a Fuerteventura para reencontrase con su compañera Malika y visitar algunos de los islotes del ‘Archipiélago Chinijo’, al norte de la isla.
Lanzarote es volcán, lava, fuego, contraste, es única y no se parece a ninguna de las demás islas del archipiélago. En este sentido la visita a ‘Pico Partido’ en ‘Timanfaya’ caminando a través de los cauces de los ríos que la lava dejó a su paso fue esclarecedora. Pudo entender ‘in situ’ y de una vez qué es exactamente un volcán y cómo está conformada la peculiar orografía de la isla al verlo por fuera y por dentro.
El playeo es otro de los puntos fuertes de la isla por su variedad de playas, la limpieza de sus aguas y lo espectacular de colores y texturas de las rocas. ‘Cueva de Los Verdes’, ‘Caletones blancos’, ‘Playa de la Latería’, el ‘Papagayo’, ‘Famara’ y los ‘Jameos del Agua’, un auditorio excavado en piedra obra cumbre del omnipresente arquitecto y defensor del medio ambiente César Manrique. Allí pudo escuchar un concierto de música electrónica que le impresionó mucho tanto por la calidad del sonido (está acostumbrada a ir a salas de primer nivel en Berlín) como por la propuesta musical.
Al segundo día el flechazo se había consumado: Ekaterina ya estaba locamente enamorada de Lanzarote. Y eso que todavía le quedaba por hacer su bautizo y primera inmersión de buceo en ‘Playa Blanca’ (la primera impresión de ponerse las gafas y ver el fondo y los peces fue imborrable), conocer los secretos de la ‘cochinilla’, unos insectos que se crían en los cáctus del ‘higo pico’ muy apreciado como tinte en siglos pasados (¡se atrevió a hacer un boceto con ellos!), recoger conchas de todas las formas, tamaños y colores, admirar el amarillo intenso de los cangrejos de la zona y ponerse hasta arriba de calamares a la romana y papas con mojo (su plato favorito).
“Ahora entiendo el verdadero sentido del pic-nic”, exclama Ekaterina. Y todo gracias a Nuria que siempre lleva encima todo lo necesario para pararse en cualquier momento y lugar a disfrutar plenamente del paisaje y la compañía.
La ruta continúa sin tregua y dejamos a Ekaterina subida al barco camino de la isla de ‘La Graciosa’ haciendo un ‘Titanic’ en la proa antes de tocar tierra preparada para otro día de emociones fuertes. Indestructible.